Historia Por qué dono 

El motivo por el que me apasiona devolver algo y ayudar a los demás es debido a todo el apoyo que mi familia recibió cunado llegamos a Canadá como refugiados. 

Debido a que teníamos muy bajos ingresos, dependíamos enormemente de la ayuda social y del apoyo de distintas organizaciones benéficas. Recuerdo nuestra primera navidad en Canadá, nos emocionaba la temporada de fiestas. 

Si bien no celebrábamos típicamente la navidad, la idea de tener regalos nos emocionaba cuando éramos niños. En la escuela los demás niños se entusiasmaban ante la expectativa de los regalos que recibirían en la temporada. Recuerdo estar muy entusiasmado por ellos y esperaba algo similar de parte de mis padres. Como niño no entendía la gravedad de las dificultades financieras por las que pasaba mi familia en ese entonces. MI padre seguía en nuestro país de origen tratando de resolver asuntos pendientes antes de mudarse aquí. Mi madre no tenía empleo y tenía que cuidar de sus cuatro hijos. Hacía hasta lo imposible para cuadrar su presupuesto de manera que tuviéramos comida y ropa, esa era su máxima prioridad.  

Esperar regalos no era realista, pero éramos jóvenes y no lo sabíamos. Recuerdo que un día durante la temporada de fiestas, no creo que ni siquiera haya sido el día de navidad, mi madre llegó con cajas llenas de artículos. Se había enterado a través de sus amigos que el Ejército de Salvación local daba regalos a las familias que no podían comprarlos.

Para nuestra sorpresa, el día de navidad, las cajas tenían palos de hockey, una portería y discos. Estábamos asombrados por los regalos. Aún recuerdo la emoción. Como niños, especialmente recién llegados al país, estábamos agradecidos y felices por la generosidad de los regalos. A veces, sin importar qué tan grande o pequeño sea, un gesto, o incluso un regalo pequeño significa muchísimo para quien lo recibe. Algunas personas piensan que solo son un par de palos de hockey y una portería, pero para nosotros fueron horas y horas de tiempo juntos en familia, de alegría y diversión. Recuerdo cómo ese instante en particular me recuerda lo importante que es ayudar a los demás y devolver algo de lo recibido. 

Además de esta historia, debo decir que mi familia enfrentó muchísimos obstáculos en los primeros años de nuestra llegada a Canadá. Cuando por fin sentíamos que estábamos sentando bases en Canadá, mi padre fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ALS). Me impresionó todo el apoyo que recibimos de la ALS Society of Canada, del hospital Sunnybrook y de otras organizaciones. 

Al pasar por todos estos desafíos, me prometí a mí mismo que ayudaría a las organizaciones benéficas que pueden marcar una diferencia en la vida de las personas, las parejas o las familias, incluidos sus miembros de cuatro patas.

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